Fui contigo a paraísos cercanos…
Recorrí las aguas azules del azul océano…
Me bañé en tus ojos y en tu frente,
reposé la mía para encontrar paz y descanso
por un momento, mientras bailábamos.
Bailé contigo frente al mar, bajo la luna llena
y casi el choque de las olas nos mojaban.
He vivido magia, viajes, ensueños, una vida plena y mágica.
Lo que todo el mundo sueña, o, tal vez,
lo tenga es sus pensamientos más lejanos…

He recorrido lugares mágicos,
bares, restaurantes, desayunos escondidos,
sitios llenos de amor, calidez, acogimiento,
camas interminables de hoteles de ensueño frente al mar
o escondidos en cualquier montaña…

Cualquier cosa era posible…

 

El precio

Lo que no sabía era el precio… ¿Cuán alto precio hay que pagar para vivir esto bajo una mentira?

 

La mentira de un corazón cerrado que sabe embaucar y envolver. Un corazón que, al principio despuntó su luz cuando creyó haber encontrado lo que necesitaba.

 

Pero en cuanto el otro corazón, amable, generoso, no se ajustaba a lo que quería en su justa medida, un pensamiento retorcido y enquistado comenzó a cerrarlo, tirando basura y dolor sobre el otro corazón…

 

¿Cuántos corazones no hay así? Que ante el dolor de lo que no conocen, no toleran… se sale de sus medidas, se cierran y miden su visión a través de la mente o el dolor…

 

Cuántos corazones que tienen más miedo al Amor, por lo que ya sufrieron, que al dolor que causa en sí tenerlo cerrado… Y en mi empeño de seguir confiando en tu corazón, fui contigo…

El maltrato

Desde ahí viene el maltrato más profundo… Si, el maltrato. Desde la indisponibilidad emocional… Fui contigo…

 

Y yo me quedo con mi dolor y tú te vas con el tuyo… que “dura poco”, porque un corazón cerrado, para seguir tapando el dolor, no es capaz de empatizar con el corazón de la otra persona. Porque el dolor que tendría que sentir de todo lo tapado, sería demasiado…

 

Por eso siguen huyendo de sí mismos y se cuentan mentiras sobre la otra persona cuando empiezan a sentir algo, para auto-boicotearse y no poder sentir. Así se quedan con otra con “la que lo tengan todo bajo control”, en su justa medida.

Me cambiaste por otra.

Y así me cambiaste por otra, como si fuera un pañuelo usado que poder tirar… Porque no te das ni el tiempo de sentir el Duelo. Si, el duelo de la pérdida… porque cada pérdida tiene un tiempo de duelo.

 

No sabes cuánto dolor supone a mi corazón algo así, pero lo lloro; lo lloro y lo dejo ir. Yo si me permito vivir profundamente este duelo.

 

Y a cada paso de mi duelo, voy extrayendo lo bueno, lo aprendido.

 

Y he aprendido… he aprendido tanto…

He aprendido

He aprendido a decir no.

 

He aprendido que los sueños pueden venir envueltos de magia y falsedad por igual.

 

He aprendido que si la consecución de ese sueño trata por pasar por encima de mí, de mi persona, de lo que soy, no merece la pena, bajo ningún concepto.

 

He aprendido a no permitir que nadie trate de imponerme su visión por encima de la mía.

 

Y sobre todo he aprendido, a no permitir insultos ni mentiras sobre lo que yo Soy, lo que creo y siento.

 

Vuelvo a decir que esta, es la base profunda del maltrato.

El auto-maltrato

El Auto-maltrato por permitirlo, porque al primer insulto, por muy mágico que sea el ambiente, el lugar o las formas, hay que romper con todo e irse. Porque yo valgo por encima de todo y siempre.

 

El maltrato externo, porque un corazón cerrado no quiere comprometerse, y el no compromiso te impide la seguridad necesaria para abrirse a la vulnerabilidad. Y la imposibilidad de abrirse a la vulnerabilidad, corta cualquier posibilidad de pareja, cualquier posibilidad de evolución, cualquier posibilidad de ternura, sanación e intimidad profunda.

 

Y este maltrato profundo proviene de la peor auto-valoración y bajísima autoestima de quien tiene ese corazón cerrado, aunque él puede creer continuamente que está abierto, que siente… En realidad, solo lo cree, pero no lo siente.

 

Por eso puede cambiarte por otro al día siguiente… Da igual, es la manera de no sentir: consumir el compartir falso de lo que creo que es. Y si la otra persona, cuela… el enganche de sumisión está servido… y una relación co-dependiente e insana.

Corazones cerrados

¿Cómo no va a estar enferma la sociedad?

 

¿Sabes con cuántos corazones cerrados me he encontrado?

 

Y lo peor, es cuando saben envolverlo de una realidad soñada y falsa con un precio tan alto y bonitas palabras…

 

Pero ya aprendí. Fui contigo…

Te agradezco

Te gradezco cada dolor, cada discusión, cada lágrima…

 

Te agradezco cada echada de culpas sobre mí en lugar de mirar lo tuyo y responsabilizarte. Hacerme creer que “yo era la responsable”, porque ya no me lo creo. He aprendido a saber lo que no es mío y a no aceptar lo que no me corresponde bajo ningún concepto.

 

Te agradezco cada salida corriendo tuya, cuando después de machacar con una retórica interminable, mis lágrimas te asfixiaban y me criticabas de drama…

 

Te agradezco el aprendizaje de llevarme a lugares en los que me sintiera desprotegida para poder seguir echando sobre mí tu peso. He aprendido a cuidarme mucho, escoger mis lugares vulnerables y mis lugares hasta para hablar…

 

Te agradezco que me llamaras ingrata una y otra vez y que así lo sientas, porque he aprendido que mi agradecimiento no puede llegar a un corazón cerrado y distorsiona la realidad de la otra persona, en este caso de mí. Te gradezco porque he aprendido que ese sensación de agradecimiento para ti, pasaba por venderme como mujer y “estar disponible” para ti como y cuando quisieras.

 

Te agradezco cada lugar mágico, cada lugar al que fui contigo, por fuera y por dentro, porque después de tanto he aprendido…

Aceptar la realidad

He aprendido a no quedarme con los sueños… He aprendido a elegir y aceptar LA REALIDAD de lo que es, de lo que hay y de todo lo que viene.

 

A no envolver yo misma lo hermoso y lo mágico desde los sueños que soñé… a bajar los pies a la tierra y quedarme con la realidad, aceptándolo todo, pero cuidándome mucho…

 

He aprendido a soltar mi rabia y decir todo lo que siento y pienso sin dejarte pasar ni una sola vez más encima de mí…

 

He aprendido a ser más yo y respetarme mucho más.

 

Has sido un gran maestro Pablo… Ahora te dejo ir con tu todo completo…

 

Ahora me quedo conmigo…

 

SI A Ti TAL Y COMO ERES

SI A MI TAL Y COMO SOY

SI A TODO TAL Y COMO FUE

Carol Rodríguez

Si quieres salir de cualquier relación y quedarte limpia de memorias, sano/a, disponible para la siguiente, clic aquí: https://escueladesexualidadsagrada.es/corte-de-cordones-parejas/